Sunday, March 21, 2010

Ecofeminismo

Medio ambiente y sociedad: Ernest García

El ecofeminismo "se interroga sobre la relación entre la desigualdad sexual y el deterioro de medio ambiente. Las primeras versiones del punto de vista (...) señalaban dos procesos fundamentales en el origen del patriarcado: la apropiación masculina del agricultura y de la reproducción (...) expropriando a las mujeres de su poder como cultivadoras y como madres. (...) especialmente (Shiva) ha estudiado los efectos sociales y ambientales de la apropiación en curso de las reservas genéticas del planeta y de los procesos básicos de la vida por parte de las corporaciones transnacionales que operan en los nuevos sectores biotecnológicos. (...) los últimos ámbitos a ocupar, en los lugares de la capacidad regenerativa: el cuerpo de las mujeres y las semillas (...) estos conflictos son las expresiones más recientes de un largo proceso histórico de 'maldesarrollo' (...) dominada por fuerzas globales. (...) el dilema planteado por el ecofeminismo sería el siguiente: la modernización... no es generalizable, no es un futuro posible para toda la humanidad, porque sólo puede existir minando los servicios de la naturaleza y las economías de subsistencia... sólo podrían ser auténticamente universales-quizás- las formas de superación de la desigualdad generadas en otro marco de referencia, en un contexto de 'postdesarrollo'"

Andi Docktor

4 comments:

  1. Ecofeminismo:el género del ambiente*
    Enrique Leff

    El ecofeminismo, siguiendo al feminismo radical, ve en las jerarquías sociales del patriarcado la causa principal de la destrucción ecológica y del dominio de la mujer. El patriarcado aparece como la forma social que organiza el pensamiento, la cultura y las relaciones de género. Las cosmogonías y formas de uso de la naturaleza son más “ecológicas” en sociedades tradicionales. Mas no por ello las relaciones sociales son menos patriarcales e impera menos la gerontocracia y el dominio sobre la mujer. Para estas sociedades, la reivindicación feminista le viene de fuera, de la cultura moderna (occidental), lo que rompe la visión lineal del origen patriarcal de la crisis ambiental, al mismo tiempo que plantea el problema de las reivindicaciones culturales de los pueblos ante la sustentabilidad y las de género en un encuentro intercultural de diferencias. Si el conocimiento del mundo aparece como una construcción masculina, sería necesaria su desconstrucción feminista. Empero, esta perspectiva ecofeminista no logra romper con la concepción esencialista de la naturaleza y de la mujer o la visión constructivista del lugar de la mujer en la estructura social. Desde allí se plantea una reivindicación conjugada de la mujer y de la naturaleza que no llega a explicitar una visión femenina del saber, más allá de sus atribuciones naturales, de su sensibilidad y de sus lugares asignados en una estructura de poder determinada.

    ALBA

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  2. Entrevista a Alicia Puleo en “Mujeres en Red. El periódico feminista.” Pagina web: http://www.mujeresenred.net/spip.php?article1714
    Durante esta entrevista, Alicia Puleo explica que el ecofeminismo “Es la corriente del feminismo que asume la problemática ecológica como algo que puede ser abordado de manera pertinente en clave de género, aportando ciertas claves de comprensión de la relación humana con la Naturaleza”
    También cita que “Ser ecofeminista implica, además, en tanto consumidoras, ser conscientes de aquellos aspectos de los estereotipos femeninos que dan lugar a prácticas increíblemente crueles como las de experimentación de cosméticos o las que abastecen la industria peletera. Sólo la falta de información de muchas mujeres sobre la forma en que agonizan millones de animales a los que se arranca su piel puede explicar que la moda siga imponiendo el uso de las pieles”.
    “Se pueden diferenciar dos grandes líneas de pensamiento según su manera de entender la identidad femenina y la relación humana con la Naturaleza: un ecofeminismo clásico de corte más esencialista y espiritualista que considera que las mujeres estarían biológica u ontológicamente más cerca de la Naturaleza; y otro constructivista que enfatiza las condiciones históricas y económicas.”
    Por último, Alicia Puleo, tras largos años de estudio sobre el ecofeminismo realiza la propuesta del “Ecofeminismo ilustrado” que “Es una posición que se orienta hacia la ecojusticia y la sostenibilidad sin renegar de las conquistas de igualdad y autonomía que el feminismo ilustrado ha obtenido o sigue demandando como asignatura pendiente de las democracias modernas.”
    Mónica de la Fuente

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  3. “Abrazar la vida: Mujer, ecología y desarrollo” Vandana Shiva pg.83
    María Mies ha denominado el trabajo que realiza la mujer para producir sustento la producción de vida, y la considera una verdadera relación productiva con la naturaleza, porque “la mujer no solo recoge y consume lo que crece en la naturaleza sino que hace crecer las cosas”. Este proceso orgánico de crecimiento en el cual la mujer y la naturaleza trabajaban en sociedad ha creado una relación especial de la mujer con la naturaleza que, según María mies, puede resumirse de la manera siguiente:
    a. Su interacción con la naturaleza, con su propia naturaleza así como con el medio externo, fue un proceso reciproco. Entienden que sus propios cuerpos y la naturaleza externa son productivos de la misma manera.
    b. Aunque se apropian de la naturaleza, su apropiación no constituye una relación de dominio o de propiedad. La mujer no es propietaria de su cuerpo o del de la tierra sino que coopera con su cuerpo y con el de la tierra para “dejar crecer y hacer crecer”.
    c. Como productoras de nueva vida también se convirtieron en las primeras productoras de medios de subsistencia e inventoras de la primera economía productiva, que suponía desde el comienzo la producción social y la creación de las relaciones sociales, es decir la sociedad y la historia.
    Mónica de la Fuente

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  4. El ecofeminismo se centra ante todo en la ocupación del espacio, una realidad profundamente sexuada. Teniendo en cuenta los matices que se imponen, las mujeres, en efecto, no ocupan los mismos empleos, ni las mismas responsabilidades, ni por consiguiente, los mismos lugares que los hombres. A pesar de las apariencias, la sociedad occidental contemporánea destina hombres y mujeres a los espacios públicos y privados de manera profundamente desigual. Visto por ejemplo, desde el ángulo de la angustia y del temor, las mujeres sufren diferencias específicas, como la violación, la agresión sexual o el incesto. Su percepción del espacio y de las relaciones con el medio ambiente estará por consiguiente profundamente modificada. Al vivir en un mundo que no es libre ni seguro, su experiencia espacial estará marcada por el signo de la violencia.

    Jesús Ballesteros y José Pérez Adán, “Sociedad y Medio Ambiente”, Editorial Trota, 1997, Madrid.

    Eva Marina Benito Ramos

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