Tuesday, March 30, 2010

CAPITALISMO VERDE

Revista “Economía y Sociedad”. Número 23. José Pérez Adán. Economía y Medio Ambiente: la necesidad de un planteamiento. pág 67-69.

CAPITALISMO VERDE

Confían en el efecto regulador del mercado, entendido como un entorno libre de injerencia política pero al mismo tiempo libre de manipulación privada.
Defienden sobre todo la iniciativa privada como vehículo de actuación purificadora a nivel global y como tabla de salvación colectiva por lo que se refiere a la preservación de la naturaleza.
Cairncross(1995) sostiene que la legislación medioambiental cuando se considera como principal vehículo de actuación ecológica, modifica y perturba la tarea del mercado y resulta en mucho casos una pérdida de eficacia en la organización y gestión de recursos escasos. Esta política (...) deja los grandes problemas medioambientales de carácter global sin resolver.
Para Carncross, la legislación solo debe obligar a limpiar o prevenir la contaminación en la medida en que el costo de hacerlo iguala los beneficios obtenidos al hacerlo; de lo contrario se origina deuda y quiebra.
Se afirma que la tecnología es la tabla de salvación para la solución de los problemas ecológicos. El punto clave en el argumento del capitalismo verde es que la mayor parte de estas nuevas tecnologías son comercializadas y desarrolladas por las empresas y no por los gobiernos al responder a las necesidades que el mercado requiere. Lo único que tienen que hacer los gobiernos es crear una demanda que fomente el perfeccionamiento de tecnologías favorables al medio ambiente dirigiendo sus políticas al fin y no a los medios para conseguir cierto bienestar medioambiental.
Se rechazan las exigencias para establecer ciertos niveles de rendimiento energético en la empresas o las políticas de cuotas de emisión de gases, que solo conducirían a que las empresas buscasen mercados más lucrativos en otros lugares. La convicción de que el mercado es compatible con el medio ambiente lleva a Cairncross y otros autores a argumentar que las políticas gubernamentales de ajuste duro enfocadas a modificar por ley los métodos de actuación de las empresas son antiecológicas. Por tres razones: 1. aunque algunas empresas podrían encontrar nuevos mercados, otras experimentarán un aumento del coste no contabilizable como inversión. 2. los ahorros que las empresas contaminadoras obtendrían de la reducción de desechos al evitar multas o sanciones, podrían obtenerse a través de inversiones más lucrativas. 3. aún cuando las reglamentaciones podrían crear mercados para las empresas e industrias nacionales, los competidores extranjeros se beneficiarían en los mercados internacionales.

La crítica que se puede hacer a esta postura es que el análisis a que está sujeta es un análisis fundamentalmente microeconómico. Se escapan los problemas de sostenibilidad global, como la biodiversidad, aunque se pueden solucionar ciertos problemas micro ecológico como la contaminación local.

MAR LÓPEZ DEL CASTILLO

1 comment:

  1. EDUTECNO(revista online)

    ...)Una de ellas es la del capitalismo verde que da cuenta de las posiciones más ortodoxas del pensamiento económico liberal de corte neoclásico. Su principal exponente es Frances Cairncross, redactora jefe de The Economist. Ella defiende la iniciativa privada como vehículo de actuación purificadora a nivel global y como tabla de salvación colectiva para la preservación de la naturaleza. Según esta autora, el mercado es el regulador. Sus argumentos fundamentales son los siguientes: la legislación medioambiental modifica y perturba la tarea del mercado provocando una pérdida de eficacia en la organización y gestión de los recursos escasos.

    La legislación debería limitarse, solamente, a obligar a prevenir o limpiar la contaminación cuando el coste de hacerlo iguale los beneficios obtenidos al hacerlo, de lo contrario origina deuda y, por lo tanto, quiebra.

    Desde esta perspectiva, la obtención de un medio ambiente limpio puede lograrse mediante: el cambio de los estilos de consumo, pero como estos son muy difíciles de cambiar ha de ser la tecnología creada por empresas privadas la que solucione los problemas ecológicos; el gobierno sólo debe fomentar y promover una demanda favorable al perfeccionamiento de las tecnologías, induciendo el uso de mecanismos de producción distintos. La convicción de los partidarios del capitalismo verde de que el mercado es compatible con el medio ambiente los lleva a argumentar que las políticas enfocadas a modificar por ley los métodos de actuación de las empresas son antiecológicas, debido a que las empresas que producen tecnologías amplían sus mercados pero quienes las aplican incrementan sus costes y no son considerados ni contabilizados como inversión. De modo tal que los ahorros obtenidos por las empresas mediante la reducción de emisiones y residuos para evitar las multas y sanciones podrían obtenerse a través de inversiones más lucrativas. Asimismo, la competencia internacional favorecería a los países que no tengan implantadas normas medioambientales, al tener costes más reducidos.

    Esta postura defiende la iniciativa privada y el mercado como su regulador. El problema de esta alternativa es que su enfoque es exclusivamente microeconómico y no es capaz de dar cuenta de los fenómenos a nivel mundial, ni de forma global».

    ALBA

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